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Cazalla de la Sierra, Sevilla, Spain
Somos una asociación sin ánimo de lucro que se fundó en el año 2005. Uno de nuestros objetivos, es lograr que está enfermedad (que tiene en muchos casos una minusvalía entre 70% y el 80 %) sea reconocida por la Seguridad Social como baja laboral. Se han hecho muchos avances en estos años, pero aún nos queda un gran trecho para que se reconozca totalmente. Procuramos hacer actividades para que las/os afectadas/os se sientan mejor haciendo talleres, como pueden ser de autoestima, fisioterapia, gimnasia adatada, taichí, terapia de grupo, baños termales, y un largo etcétera de actividades, todas encaminado a mejorar los ánimos de las personas afectadas. Si tienes dolores musculares que no te mejoran con medicamentos y que te imposibilita hacer tus tareas cotidianas porque te sientes muy cansada, no dudes en hacerte socia/o. Os necesitamos porque juntos podemos hacer que el sufrimiento sea más llevadero. ASOCIACIÓN DE FIBROMIALGIA FIBROHUEZNAR. Casa de la Cultura. C/ La Plazuela, s/n. 41370 Cazalla de la Sierra. G-91.522.144 fibrohueznar@hotmail.com

lunes, 23 de agosto de 2010

Distancia o Implicación Emocional.

Soy miembro de la Junta Directiva de la Asociación FIBROHUEZNAR:

No me gustan las revistas del corazón, pero viajando en el tren empecé a hojear una, me encontré con un artículo que me llamó la atención, empecé a leer y vi lo interesante que era, continúe leyendo y pensé que seria bueno ponerlo en el blog.
Para que sepamos hacer un poco de psicólogos, escuchando a las personas que nos cuentan un problema de salud o de otro tipo, que le esta angustiando. Sin hacer preguntas ni dar nuestra opinión, solo escuchar. Saber leer en él, empatizar para que se sienta comprendido.

Articulo:

¿DISTANCIA O IMPLICACIÓN EMOCIONAL?

Uno se pregunta como los médicos, sobre todo, en una UCI, que no se impliquen emocionalmente, donde la mayoría de los enfermos se encuentran en situación crítica, , “si se implicaran no podrían hacer su trabajo”. Entre la implicación emocional y la distancia hay un camino intermedio: la empatía. “Consiste en que el enfermo capte tu angustia y seas capaz de comunicarte que la percibe sin hacerla suya”.

“¿Cómo se puede conseguir que el enfermo capte tu angustia sin hacer visible tus emociones?” “se consigue modulando su comunicación acorde con tu angustia”

Cuando nos cuentan un problema, especialmente si lo hace un familiar o alguien muy cercano, es habitual que nos impliquemos emocionalmente. De hecho es lo que se espera de nosotros. Sin embargo, implicarse emocionalmente en los conflictos de los demás no es bueno. En primer lugar, porque nos contagiamos de su estado de ánimo, con lo que, presos de las emociones dejamos de ver objetivamente las cosas y perdemos la capacidad de ayudarles. Y en segundo lugar, porque si lo hacemos por sistema, acabaremos sufriendo un desgaste emocional que tendrá sus consecuencias en nuestra salud y en nuestro ánimo.

“SI NOS CONTAGIAMOS DEL ESTADO DE ANIMO DE LOS OTROS, DEJAMOS DE VER OBJETIVAMENTE LAS COSAS Y PERDEREMOS LA CAPACIDAD DE AYUDARLES”

La implicación emocional en los problemas de los demás no es una manera de ayudarles. Sin embargo, mantener la distancia tampoco es la solución. Distanciarse de un conflicto que nos cuenta alguien nos convierte en personas frías, desinteresada por los demás. Aunque sin duda es una actitud que nos protege emocionalmente, y no ayuda en absoluto en la relación personal.

Hay una tercera vía: la empatía. Es una respuesta que conecta emocionalmente con el otro, sin que haya por nuestra parte un desgaste emocional, y sin que altere nuestra percepción o peligre nuestra objetividad.

CAPTAR NO ES SINTIR

“La empatía representa la habilidad sensitiva de una persona para ver el mundo a través de la perceptiva del otro”. Muchas veces se ve definida la empatía como “la capacidad de sentir lo que el otro siente”. Esta no es ciertamente la empatía que buscamos cuando nos enfrentamos a los problemas de los demás, porque el contagio del sentimiento – un hecho científicamente demostrado y que ocurre espontáneamente si no ponemos ciertas barreras- nos incapacitará para la ayuda. Sugiero una definición alternativa, que consiste en considerarla empatía como la capacidad de captar lo que el otro siente, y añado una coletilla fundamental: y de comunicarle que lo capto. Esta es la forma que tenemos de no resultar fríos y asépticos, y sin embargo no cargar con el peso emocional de los problemas ajeno.

Para desarrollar esta empatía son fundamentales dos cosas: en primer lugar, ser capaces de captar el estado emocional de los otros. Lo lograremos escuchando lo que nos dicen, pero sobre todo prestando atención a cómo nos lo cuentan. Para captar los sentimientos, el tono de la voz y las expresiones en lenguaje no verbal (la mirada los gestos, la posición del cuerpo…) son más importantes que todo lo que la persona a la que escuchamos nos pueda decir. Debemos escuchar con los ojos.

Y en segundo lugar, hemos de ser capaces de comunicar al otro que captamos su sentimiento. Será la forma en que notará nuestra proximidad y se sentirá comprendido. Será también la forma que saldremos de la frialdad que podría suponer no implicarnos en su problema.

ESPERANDO EL PENSAR Y EL SENTIR.

Tenemos muchas formas de hacerlo, algunas más explícitas que otras, pero lo fundamental será el modo en que interactuemos. La mejor forma de demostrarle que captamos su estado emocional será comunicarnos con él utilizando las palabras, el tono y los gestos adecuados a la situación que nos esté describiendo y a las emociones que esté sintiendo.

La empatía es enemiga de los juicios. No se basa en la razón, sino en la emoción. La vía de la empatía no contempla jamás la crítica, y precisa de la completa aceptación del otro en el momento psicológico en que se encuentre, sin perjuicio alguno, y dejando de lado nuestra opinión.

Hay quien construye verdaderas tesis escuchando a los
demás. Quien busca constantemente las contradicciones y disfruta “pillando en falso” al otro. Y quien aprovecha la ocasión para aleccionar a los demás haciendo gala de principios éticos y comportamientos ejemplares. Todo ello está muy lejos de la escucha empática.

A través de la empatía no emitimos ninguna opinión. Nos limitamos expresar al otro que captamos su sentimiento en toda su intensidad.

CAZADORES AL ACECHO. Hay gente que va por la vida con un gran gancho, mirando cómo engancharnos a la mínima. Quieren que nos impliquemos en sus problemas, en sus emociones, quieren que sintamos lo que sienten, que lo vivamos con ellos. Que les demos la razón y la aprobación de sus conductas. Si caemos en ello, estaremos siempre enganchados. Acudirán a nosotros sin tregua, generándose relaciones de dependencia. Seremos víctimas de una relación tóxica, que a nosotros nos resultará agotadora y los demás los perpetuará en su falta de crecimiento.

Si les queremos ayudar de verdad, debemos de abstenernos de de caer en sus garras. Debemos de evitar la implicación emoción emocional y guardarnos muy mucho de darles sistemáticamente la razón. Lo que más le ayudara – aunque ellos busquen desesperadamente nuestra implicación- es que estemos emocionalmente a su lado, escuchándolos y comprendiéndolos, pero sin manifestar nuestra opinión.

CUANDO NOSOTROS NECESITAMOS AYUDA. Muchas veces seremos nosotros los que buscaremos a alguien a quien contar nuestros problemas. Cuando lo hagamos, no busquemos a quien resuelva o a quien sufra con nosotros el conflicto. Busquemos a quien nos pueda hacer de espejo, reflejándonos fielmente lo que sentimos Quien nos deje expresarnos sin restricciones, ayudándonos así a que encontremos nosotros mismo las soluciones. Si no, los conflictos no nos ayudarán a crecer.


Gabriel Pilar Moreno 27 de Julio del 2010